Uno de los desafíos educativos en los que se ha venido trabajando en los últimos años ha sido la correcta integración entre el aprendizaje académico y el aprendizaje social y emocional. Este último aprendizaje implica implementar métodos y herramientas que favorezcan el clima emocional positivo y la inteligencia emocional tanto de estudiantes, como de maestros, maestras y familiares. Uno de estos métodos es el famoso método RULER, también conocido como el medidor de emociones para niños.
En el aula de 3ºA de nuestro cole, hemos comenzado a usarlo y lo hemos llamado “Animómetro”. En él, cada día los niños y niñas marcan el estado de ánimo en el que se encuentran al llegar a clase (el eje X tiene que ver con cómo de agradable es una emoción; y el eje Y con la cantidad de energía que requiere esa emoción) y ponemos en marcha estrategias para gestionarlo de manera adecuada.
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