“Cuando se trata de innovar, urge colaborar”, así comienza el artículo en el periódico local sobre mi período de docencia en la Escola Básica e Secundária Armando Cortés en Portugal, publicado el último día de mi estancia profesional en dicho colegio.
La educación obligatoria portuguesa comprende de los 6 a los 18 años. El nivel de educación básica se divide en tres ciclos: de los 6 a los 10 años, de los 10 a los 12 y un tercero que culmina a los 15 con la entrega a los alumnos de un diploma de enseñanza básica. Posteriormente, la educación obligatoria prosigue con la educación secundaria, de los 15 a los 18 años, en la que se agrupan los cursos generales, tecnológicos y artísticos. Al igual que en España, Infantil no es obligatorio, sino opcional y comprende desde los 3 a los 5 años. Como dato curioso, en esta escuela cada clase de Infantil está organizada de forma unitaria, teniendo alumnado tanto de 3, 4 y 5 años en la misma clase en la que los mayores de 5 años ayudan a los pequeños de 3 años y los pequeños aprenden de los mayores, fomentando la educación entre iguales. Otro dato curioso y comparativo es que el profesorado cerca de la jubilación tiene una reducción horaria de 5 horas a la semana.
Este centro en concreto está situado en una pequeña localidad y tiene residentes de varias partes del mundo, siendo estas Canadá, Brasil y Bahamas, por lo que la educación en el diálogo y el respeto entre distintas culturas se trabaja a diario de forma transversal.
La semana transcurrida en este centro escolar me ha permitido impartir clases en varias áreas y varios niveles distintos, desde Infantil a 4ª de Primaria, incorporando así una fuerte dimensión intercultural en el aprendizaje fruto de la colaboración entre docentes de distintos países.
Para estar preparada para esta estancia, recibí formación inicial por parte del centro educativo que me acogía (metodologías, programas, proyectos, formato de actividades, etc…) y durante mi estancia siempre tuve a la dirección, al coordinador y una docente mentora a mi disposición para cualquier duda que me surgía durante la jornada laboral, la cuál transcurría de 9.00 de la mañana hasta las 15.00 de la tarde, con un reducido tiempo para almorzar en el que cada nivel tiene su horario establecido. Además, 3 días a la semana me quedaba de 15.00 a 15.45 h. para dar el Refuerzo Educativo, que a diferencia de Andalucía, no se da dentro del horario escolar, sino tras él.
Entre las asignaturas impartidas en Primaria se encuentran las matemáticas, la lengua inglesa y la lengua española, además de participar en el programa de “Filosofía en la crianza”.
En Infantil he realizado las asambleas, he enseñado inglés y español a través de cuentos, canciones y juegos usando la metodología del “Total Physical Response”. También he participado en el programa “Yoga para niños”.
Por último, se han sentado bases con la dirección, el docente coordinador y la docente que fue mi mentora para que esta colaboración educativa presencial no acabe aquí, sino que continúe en la distancia a través del uso de las nuevas tecnologías y herramientas digitales el siguiente curso académico con el alumnado de ambos centros educativos.
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